Segundo ejercicio de escritura automática (estructurado a la Raúl Zurita)


conozco el ánimo de decir que tu piel ha muerto                 conozco el velo de tu sombra  conozco las cordilleras de un cielo infinito  atrincherado bajo el espejoso resplandor del humo y la ceniza

i.     conozco la dentadura picada por los mosquitos de los años
ii.  conozco bocanadas de aire fresco          veranos en Malibú

y tu voz resuena en las cordilleras de mi pecho
una y otra vez

Un poema extraviado


vine al río Long
/bajo el cielo de otoño/
con la mitad de mi equipaje lleno de poemas y hierbas medicinales.
el eremita de la montaña, Wang Meng Duan
pintó este cuadro para ti: Yen Ru
aunque tu partida es dolorosa
me volveré a encontrar contigo
en las primeras heladas.
prepararé mis mejores versos:
campos congelados
/cubiertos de amapola
papel y tinta
tal vez 


así es como me suspendo en el tiempo
/de las horas 
y los días

soy la alegría y el verano
soy la risa y la libertad


tengo la cabeza fría
beso tus manos
y presiono aprieto el gatillo
permanezco en el pecho de la Luz horas y horas




La ciudad ya no fuma


¿qué es la vida? –preguntaste–
:un oscuro y baboso negro caracol
:cielo que renuncia a ser cielo
:un dique entre la glosa y lo gorila


¿esto es la vida, entonces? –dijiste perpleja
si esto es la vida, ¿qué soy yo?


Despertar aquí es como morirse con la propia destrucción


un hombre igual a mí
me saluda a través de la ventana,
trae un ramo de flores:
me bendice

una mujer igual a mi madre
llora sobre mi cama,
tiene un arma en la mano:
vomita cosas negras y empieza a rezar


quisiera poder volver
         larga esquina de verano
con pechos ardientes de luz verde neón
y llagas de marfil que rozan los vellos de mi cuerpo;
                  hospital británico en llamas;
la enfermera se descubre el torso rostro de sífilis moderna
me mira
y comienza a vomitar cosas negras sobre la alfombra:
oscuro y baboso negro caracol indeleble que penetra el surco: mi vida

apago las luces, intento recordar una plegaria y apareces desnuda fiera junto a mi puerta sombra con cámara en mano; me pides –en la oscuridad- que grabe nuestro verde amor.

Tomo la videocasetera, el cassette de nuestro viaje al zoológico:  
-¿qué fue del tiburón que agonizaba? ¿recibió nuestra postal de recupérate pronto y enchílame la otra?-

En la fotografía siglo veintiuno se ve a un hombre sombrero en mano y cigarrillo en boca; mi padre tenía estilo pero no personalidad.

el espacio entre el mar y mis pies podría recorrerlo a gatas, durante todo un día

si supieras lo mucho que te odio no me habrías dejado aquí moribundo y farmacodependiente

dónde has estado

tal vez sólo sean las putas de mi mente
                                          de mi puerta
                                          de mi cama
                                          de mi jardín

pero qué diferencia hay

oscuro y baboso negro caracol que se derrama por mi quístico cuerpo ardiente en verdosas llamaradas de putrefacción calcinante que llega que se va y que muere dentro de un solo verso profético del cristo en la pared el cristo el cristo el cristo que se desnuda entra a mi cama y me toca la verga hasta que se entretiene lo suficiente como para poder dormir y soñar con dios y con los ángeles y con todo lo sagrado con lo que los cristos sueñan

no sabe que yo soy
la última historia
del oscuro y baboso negro caracol indeleble





morir de amor
es un beso con herpes
a las tres de la mañana;
un lugar común
vestido de embrión sin rostro
corté mi lengua con mis colmillos
pedí perdón a dios
compré un espejo


mi padre aún me ayuda
remueve los vidrios de mis pies
y besa las heridas

no sé en dónde pasé los últimos años de mi vida.
me extravié
después de una pelea callejera;
caminé durante horas,
recé un padre nuestro
y me solté a reír.
encontré mi rostro
sobre la cabeza
de alguien más.          
cómo lamento no habérselo arrebatado de un solo tajo
y huir.
bueno, eso ha sido todo:
ahora sólo me identifican
por las quemaduras de cigarro

alguien me disparó
en un baño público.
lo noté al llegar a casa;
me quité las botas,
encendí la televisión
y comencé a beber.
vi una película porno
hasta quedarme dormido.

al día siguiente
en el trabajo
me dijeron:
te ves bien, Berna. ¿le hiciste algo a tu cabello?

pasé por una carnicería
así
sin ganas de comer
como quien muere en un castillo
tal vez en unos años
logre recuperar
eso que me arrebataron;
tal vez ahora
mi vida sería mejor


el futuro nos encontró
desnudos y con cerveza en mano
esperé una hora
sentado en un sofá azul cubierto de plástico
leí un articulito de Vanidades
y el periódico Metro de hace un mes
en media hora entregarán los resultados
y yo solo puedo pensar
en lugares comunes para este poema
genial
nada ha cambiado
nada va a cambiar

Otro día


encontré a mi papá
dentro de un baño
sobre la carretera 
México Querétaro
lo miré a través del espejo
mientras orinaba
no me reconoció
se había afeitado la barba
con cerillos de aquél hotel
al que fuimos en verano:
en ese viaje
donde se la pasó borrachísimo
hasta que el guardacostas
apareció frente a nuestra puerta
con mi padre a un lado.
comimos un hot dog
me dijo que ya todo estaba pagado;
tenía que irse.
arrancó su camioneta
y se marchó 
una vez más

San Juan de la Cruz visitó mi casa. Hice esta película con los fragmentos.


https://vimeo.com/191551343

https://sueñosdesanjuan.org

[Hace unos días]



Hace unos días
mi papá salió por la ventana,
atravesó los barrotes:
conoció el mundo.



Mi mamá aún lo espera
cerveza y cámara en mano
ignora cuándo volverá.

Introducción/ bienvenida

Mi nombre es Sebastián Barriga González. Algunas veces soy Ananías Panaj, otras, el señor Bargasebia. Por las noches, me gusta pensarme com...