Primer ejercicio de escritura automática

Como corrientes de carne
que surgen a través
de un despertar sin fin:

siempre alertas 
a la oposición taciturna de la noche;

gritos y juegos cantan y recitan alabanzas para la tierra.


Las muñecas no paran de combatir esgrima,

piensan en un pieza faltante y la crean.

La sien

se siente como un nudo de cal  sobre los pechos que el hombre rompió.

Mientras tanto,

la serpiente se empeña en imaginar un ataud
donde morir.

Introducción/ bienvenida

Mi nombre es Sebastián Barriga González. Algunas veces soy Ananías Panaj, otras, el señor Bargasebia. Por las noches, me gusta pensarme com...