A mi amigo, Guillermo Hidalgo
ojos inyectados
son las tres de la mañana
no hubo sueño
no hubo arma
no hubo crimen
un poeta despierta sin rostro
su aullido colma estómagos vacíos
(vacíos de dios)
el poeta es trasladado hacia el norte
no hay poema
las manos descansan fuera de su cuerpo
no hay crimen
el poeta grita con desesperación
no son versos
el poeta escribe su muerte
nadie aplaude
dejaron una narconota en su espalda
no era un poema.
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